Un ladrillo viene volando
El clásico de George Herriman, Krazy Kat: todas las historietas en color de 1935-1944
La premisa es sencilla: al gato negro le encanta el intrigante ratón blanco, que no para de lanzarle ladrillos a la cabeza. El policía canino Pupp, que alberga en secreto un amor apasionado por el gato, intenta evitarlo.
George Herriman juega sin cesar con esta fórmula en su legendaria tira de periódico Krazy Kat, que publicó desde 1913 hasta su muerte en 1944. Con ingenio, una detallada caracterización y creatividad visual y verbal, Herriman presentó este medio novedoso a todo tipo de personas, algunas de ellas poco dadas al humor: Gertrude Stein, F. Scott Fitzgerald, Pablo Picasso, James Joyce, el presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson, Jackson Pollock, Charlie Chaplin, Frank Capra, P.G. Wodehouse o Willem de Kooning (todos ellos seguidores de KK), entre muchos otros.
Gracias al magnate de los medios de comunicación William Randolph Hearst, fan declarado de Herriman, a quien otorgó carta blanca en sus periódicos, el artista pudo explorar libremente durante años innumerables variaciones absurdas y melancólicas del tema del amor no correspondido. Herriman, que aprovechó a fondo esta libertad, exploró radicalmente el potencial del medio y amplió sus límites formales. Así, los lectores se enfrentaron a paisajes surrealistas y dadaístas, a un lenguaje que jugaba con jerga, neologismos y ortografía fonética, a referencias académicas y a roles de género difusos, lo que convierte a Krazy Kat en la primera estrella de género fluido de la historia del cómic.
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